5 AÑOS ANTES – La concepión



Empecemos remontándonos 5 años atrás, cuando un ingenuo creyente de los Viajes de Gulliver osaba reencarnar-se en cada una de las aventuras que expertos o nacientes viajeros narraban con entusiasmo. Cada una de esas historias sonaba a miel y alteraba el equilibrio de los líquidos que contiene mi cuerpo, de la misma forma que lo hace la luna sobre las mareas. Este podría ser el principio más simbólico. Aunque bien es cierto que este viaje podría haber empezado mucho antes. Quizás porque los primeros jóvenes e intrépidos viajeros que me ayudaron a dar el primer paso hacia el avión que cogía hace pocos días hacia Vietnam fueron mis padres. Quizás porque ya hubo antes conversaciones con desconocidos que te noquean, o conversaciones con muy buenos conocidos que descontrolan el norte de tú brújula. Quizás fue en Marruecos, en Lisboa, o en Amsterdam. Quizás fue ver el majestuoso pico del Monteperdido, las ineludibles Pirámides de Ghiza, o la derruida Ventana Azul en Malta. Quizás fue en esa caja azul (280) donde me permitieron y me animaron a soñar con una vida en un lugar bastante más exótico. O, quizás, fue simplemente tomar consciencia de que este viaje ya estaba empezado.  


Nunca fue cuestión del lugar, nunca hubo ninguna pretensión de un viaje soñado, ni una atracción por una cultura en concreto. Se convirtió más bien en un anhelo de vida, en aceptar mi propia necesidad personal y no dejarme limitarla por las barreras sociales y propias que acostumbramos a encontrar. En visualizarme como un mochilero de cuero y caucho. Por eso, la gestación de este viaje se acerca tanto al relato del centro de la Tierra como o la vuelta al mundo en 80 días.